Uno de los miedos que tenía al iniciar mi tratamiento de reproducción asistida eran las hormonas y los pinchazos. Siempre he tenido miedo a las agujas y la verdad es que me bloqueaba un poco eso de tenerme que pinchar.

El 18 de agosto de 2021 por fin tuve la consulta para empezar mi primera inseminación artificial por la seguridad social. Llevaba unos 40-50 días tomando anticonceptivos para tener mis ovarios en reposo y se retrasó todo un poco por las vacaciones que tenían en esta unidad del hospital. Llegué y revisaron que todo estaba bien y… era el momento de empezar.

El tratamiento para iniciar el primer ciclo de inseminación artificial con donante

Tenía muchos folículos por lo que la dosis que me retrasaron era muy pequeña, para no tener una hiperestimulación ovárica y tener que cancelar el ciclo. En la seguridad social y en inseminación artificial buscan que solo crezca un folículo o como mucho dos, ya que si no te cancelan el ciclo por riesgo de embarazo múltiple.

En mi caso me recetaron Puregón en dosis de 50 y tenía que empezar a pincharme al jueves siguiente, el jueves 26 de agosto. Justo esa semana vino un amigo a casa de visita, así que el tiempo de espera desde la cita hasta el primer pinchazo no se me hizo largo.

En esta misma consulta tuve que esperar una horita para que luego la enfermera me explicase cómo proceder. En el mismo hospital me dieron el bolígrafo inyectable de Puregón y varias agujas. El medicamento en sí tenía que ir a la farmacia a recogerlo. Así que nada, más salir de la consulta fui a la farmacia y compré Puregón, pero también Ovitrelle (luego os cuento el por qué). Tenía que tenerlo en frío, así que compré la medicación y me fui a casa a dejar el medicamento.

Los primeros pinchazos para iniciar el tratamiento de reproducción asistida por la Seguridad Social: Puregón

Bueno, llegó el día del primer pinchazo. No parecía difícil, pero el primer día tuve un poco de miedo. Tenía que poner la carga de Puregón en el bolígrafo, ajustar la dosis e inyectármela en la barriga. Iba con bastante miedo (tengo prueba de ello, un vídeo jajaja) y según acabé me quedé con cara de: ¿cuándo va a doler? La verdad es que de 9 pinchazos que tuve que ponerme de Puregón me molestó un día o dos.

El procedimiento era sencillo. Coges el bolígrafo, ajustas la carga, te limpias la zona de la barriga, te pinchas e inyectas la carga y esperas 15 segundos a sacar la aguja. ¡Listo! Lo peor de todo es que tiene que ser siempre a la misma hora y al tener que estar en la nevera y ser verano, era un poco rollo. Además me dijeron que me tenía que pinchar a la misma hora, pero tenía que elegirla entre las 8 y las 10 de la noche.

Las revisiones para ver el crecimiento de los folículos

Me empecé a pinchar un jueves y el lunes siguiente tuve la primera revisión, el 30 de agosto. Y luego cada 48h, es decir, tuve revisiones: lunes, miércoles y viernes. En cada revisión me hacían una ecografía vaginal y medían los folículos y el endometrio.

En mi caso el endometrio creció un poco lento y por ello el viernes me recetaron Lenzetto, un spray transdérmico para ayudar a que el endometrio creciese. El viernes vieron que ya estaba casi lista y me programaron la inseminación para el siguiente lunes, el 6 de septiembre. Ya se acercaba el momento y el miércoles anterior ya llamé al banco de esperma para que realizasen el envío. Yo me decanté por Fertibank, aunque puedes ver el resto de banco de esperma que investigué en este post.

Ese viernes mismo ya llegaba la muestra al hospital, ¡qué nervios! Y ya me indicaron los próximos pasos. Tenía que ponerme ese viernes la última inyección de Puregón y el sábado por la noche, 36h antes de la inseminación, tenía que ponerme la inyección de Ovitrelle.

El último pinchazo para iniciar la ovulación: Ovitrelle

Pues sí, llegó el momento y la cuenta atrás y tuve que ponerme Ovitrelle, una inyección ya cargada que recogí en la farmacia antes de iniciar el tratamiento. Esta parecía la más fácil, pero no fue así. Bueno, o yo me puse nerviosa. Al tener la carga ya puesta y solo ser una dosis me daba miedo no ponérmela bien o liarla parda y quedarme sin ponerme Ovitrelle. 

Las instrucciones no eran muy claras y tenías que girar una tuerca hasta que pusiera la dosis en una pantallita: 250. Cada vez que girabas la rueda yo temblaba y sufría de estar perdiendo la carga o hacer algo que no debía. Al final apareció en la pantalla el esperado 250 y me la inyecté y todo bien. Bueno, al poner el tapón otra vez en la aguja me pinché en el dedo. (Soy un poco torpe, puede).

Ese día también tenía que seguir poniendo el Spray de Lenezetto y así hasta el día de la beta.

Y hasta aquí toda la parte de la hormonación. Luego vino el lunes y la esperada inseminación artificial. Pero para ello os escribiré otro post.

Si quieres puedes pasarte por mi Instagram y ver las sensaciones que tuve en el primer pinchazo de Puregón, ver los pasos para ponerme las inyecciones de Puregón y cómo me inyecté la dosis de Ovitrelle y me apliqué Lenzetto.

¡Gracias por leerme!