La maternidad es una experiencia llena de descubrimientos y decisiones, algunas de las cuales pueden parecer pequeñas pero terminan teniendo un gran impacto en nuestro día a día. Una de esas decisiones para mí fue la de adquirir un sillón de lactancia.

Este mueble, que inicialmente me creaba alguna duda, se ha convertido en un elemento central en mi rutina con Àlex, especialmente desde que cumplió un año. En este artículo, quiero compartir mi experiencia y detallar los pros y contras de tener un sillón de lactancia.

Mi experiencia con el sillón de lactancia

Cuando Àlex nació, estaba abrumada por la cantidad de artículos y muebles recomendados para la crianza de un bebé. Pero ya me había informado desde antes sobre las ventajas de conseguir un buen sillón de lactancia, aunque inicialmente no lo usaba tanto como esperaba. Sin embargo, con el tiempo, el sillón es una parte más de nuestra rutina. Todas las noches la peque y yo leemos un libro sentadas en el sillón de lactancia y empezamos ahí la rutina del sueño.

Pros de tener un sillón de lactancia

1. Ligero y fácil de mover

Una de las mejores características de mi sillón de lactancia es su peso. Es sorprendentemente ligero, lo que hace que moverlo de un lado a otro no sea toda una hazaña. Este punto puede no parecer muy importante, pero te asguro que mover un sillón con una mano mientras sujetas a una recién nacida con la otra, no es nada fácil. Pequeños momentos del día a día de una madre soltera. Esto ha sido especialmente útil durante los primeros meses, cuando Àlex y yo cambiábamos de rutina con frecuencia y necesitábamos un espacio cómodo en diferentes partes de la casa.

2. Comodidad 

La comodidad del sillón es otro gran punto a su favor. Te prometo que te sientes como en el sofá un día de lluvia. Es suave y tiene un diseño ergonómico que proporciona un apoyo adecuado para la espalda y los brazos, lo que es crucial durante las largas sesiones de lactancia. Además, el movimiento de balanceo ayuda a calmar a Àlex y a crear un ambiente relajante tanto para ella como para mí. Esta comodidad ha hecho que nuestras sesiones de lactancia sean mucho más agradables y menos agotadoras.

3. Fácil de limpiar

Otra gran ventaja de mi sillón de lactancia es lo fácil que es limpiarlo. Con una niña pequeña, los derrames y las manchas son inevitables y muy muy frecuentes ,¿verdad? Afortunadamente, el material del sillón es resistente y fácil de limpiar, lo que significa que puedo mantenerlo en buenas condiciones con un mínimo esfuerzo. Esto es esencial para cualquier mueble en una casa con niños, ya que facilita mucho la vida diaria.

El uso del sillón de lactancia con el tiempo

Aunque al principio no usaba el sillón de lactancia tanto como pensaba, su importancia ha crecido con el tiempo. Durante los primeros meses, Àlex y yo solíamos pasar más tiempo en la cama o en el sofá durante la lactancia. Sin embargo, a medida que fue creciendo, comenzamos a establecer una rutina de sueño que involucraba el sillón de lactancia de manera más significativa.

La rutina de la hora de dormir

A partir del año, Àlex desarrolló una rutina de sueño que incluye un momento especial en el sillón de lactancia. Cada noche, después de su baño y de ponerse el pijama, nos sentamos juntas en el sillón. Le leo un cuento mientras se acurruca en mis brazos, y el suave balanceo del sillón ayuda a que se relaje y se prepare para dormir. Este ritual no solo la calma, sino que también nos brinda un tiempo de calidad juntas, fortaleciendo nuestro vínculo.

Contras de tener un sillón de lactancia

A pesar de todos los beneficios, también hay algunos inconvenientes a considerar al tener un sillón de lactancia.

1. Espacio ocupado

Uno de los principales contras es el espacio que ocupa el sillón. Aunque es ligero y fácil de mover, sigue siendo un mueble voluminoso que requiere un lugar fijo en la casa. Esto puede ser un problema si tienes un espacio limitado. En nuestro caso, es cierto que la habitación ya la pensé contando con el sillón de lactancia.

2. Uso limitado al principio

Como mencioné antes, durante los primeros meses no usé tanto el sillón de lactancia como esperaba. Este periodo de uso limitado puede hacer que algunas madres sientan que no vale la pena la inversión inicial. Es importante considerar esto antes de decidir comprar uno, ya que la utilidad del sillón puede variar según las necesidades y preferencias de cada familia.

3. Precio

Aunque hay sillones de lactancia disponibles en una amplia gama de precios, algunos pueden ser algo caros. Invertir en un buen sillón de lactancia puede suponer un gasto significativo, y no todos los presupuestos familiares pueden permitírselo fácilmente. Sin embargo, en mi experiencia, la inversión ha valido la pena por los beneficios a largo plazo que hemos obtenido.

Mi sillón de lactancia sigue siendo una de nuestras partes más íntimas en nuestro hogar. Aunque al principio no lo usaba tanto, con el tiempo se ha convertido en una parte esencial de nuestra rutina diaria. Su ligereza, comodidad y facilidad de limpieza han demostrado ser ventajas significativas, haciendo que las sesiones de lactancia y los momentos de cuento antes de dormir sean mucho más agradables.

Para mí, el sillón de lactancia ha sido una inversión que ha valido la pena, proporcionando comodidad y fortaleciendo mi vínculo con Àlex durante este hermoso viaje de maternidad. Si decides hacer esta inversión, espero que también encuentres en tu sillón de lactancia un aliado indispensable en tu experiencia de ser madre. ¡Te leo en comentarios!